El jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires,Mauricio Macri, representa la continuidad del modelo neoliberal de la dictadura y el menemato.
El dictador militar Jorge R. Videla, preso por genocidio; el presidente del neoliberalismo Carlos S. Menem, senador nacional; y el jefe de gobierno Mauricio Macri, delfín de los intereses de la oligarquía porteña
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Bajo la fachada “limpia y democrática” del presidente Obama
la estructura vigilante espía, interviene, hace alianzas, invade y desestabiliza países donde los movimientos sociales están activando procesos de organización y cambio, en contextos donde los gobernantes elegidos por voluntad popular toman decisiones para profundizar procesos democráticos. La mirada rapiñera también se visibiliza en la presencia de bases militares estadounidenses en lugares ricos en recursos naturales y en la reactivación de la IV Flota que patrulla nuestros mares “siempre lista” para invadir donde los intereses imperialistas la requieran. Hoy, como ocurrió en 2002 en Venezuela contra Hugo Chávez o los intentos cívicos-paramilitares en Bolivia contra Evo Morales y también más lejos, en las dictaduras impuestas a sangre y fuergo en toda Latinoamérica durante los años setenta; estos golpes e intentos de golpe de estado son liderados por militares entrenados en la “Escuela de las Américas” y con la venia de la CIA.
Pero a no equivocarse, la CIA no actúa sola, obtiene el apoyo de una derecha liberal presente a lo largo de todo el continente. Ya sea a través de las fuerzas armadas, los empresarios, la casta clerical, los medios masivos de comunicación y buena parte de una población privilegiada, todos “unidos por el espanto” que les provocan las acciones y demandas de un pueblo movilizado que lucha por mejorar sus condiciones materiales y subjetivas de vida.
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